Los padres solemos cometer muchos errores en la crianza de nuestros hijos y uno de ellos tiene que ver con lo que a independencia y autonomía se refiere. Muchas veces nos escudamos bajo la conocida frase “quiero que mi hijo tenga todo lo que yo no pude tener cuando era chico” y entonces pagamos todos y cada uno de sus caprichos, sin darnos cuenta que estamos contribuyendo a formar jóvenes que no valoran nada y creen que las cosas se obtienen con poco esfuerzo.
La profesora Karen Fingerman, autora de un estudio realizado por científicos de la Universidad de Purdue, en Estados Unidos, afirma que: “la investigación ha revelado que los padres ayudan a cada uno de sus hijos ya crecidos de muchas formas, al menos una vez cada pocas semanas”. Lo que indica que muchos costean parte de los gastos de sus hijos, incluso cuando ya son adultos, como, por ejemplo, el pago de las cuotas de colegios privados de los nietos, estudios de postgrado de los hijos adultos, regalo de la primera casa o ayuda para comprarla, préstamos que nunca devuelven, entre otros más.
Esto genera jóvenes y adultos con un bajo sentido de responsabilidad y una pobre autoestima. Incapaces de alcanzar algo por sus propios medios, de convertirse en individuos productivos, ya que son dependientes siempre de sus padres. El estar recibiendo constantemente regalos y dinero de los progenitores hace que los hijos confundan su riqueza con la de aquellos, por lo que no sienten ninguna obligación para cuidar sus ingresos, o ser emprendedores e invertir lo que perciben, ya que todo les llega fácilmente. Y, lamentablemente, los hijos de estos adultos que reciben ayuda no tendrán la misma suerte, pues ya no habrá dinero para recibir.
Indiscutiblemente, no hay una fórmula mágica que nos permita criar a nuestros hijos sin margen de error, pero sí podemos documentarnos al respecto y establecer ciertos parámetros para hacer de ellos personas exitosas. Desde que son pequeños, debemos enseñarles el valor de las cosas, a esforzarse por lograr lo que desean. Es importante que entiendan que papá y mamá no siempre estarán ahí para cumplirles sus caprichos. Motivarlos a estudiar y capacitarse para que logren las competencias que les permitan desarrollarse en el mundo real. Y, por supuesto, enseñar con el ejemplo.
Sin embargo, es esencial que los padres brinden herramientas para que, incluso siendo su hijo adulto, sepa que cuenta con su apoyo. Aun cuando se retire la ayuda económica, el afecto siempre tiene que estar presente. Una palabra de aliento o un consejo oportuno nunca debe faltar. Fomentar la confianza en sí mismo para que tome sus propias decisiones es el mejor apoyo que puede ofrecerle.
Fuente: Vil Metal
http://www.vilmetal.com.ar/adultos-dependientes-ayudar-o-no-ayudar-esa-es-la-cuestion/
Tendencias21
http://www.tendencias21.net/Los-padres-ayudan-hoy-mas-que-nunca-a-sus-hijos-mayores_a3928.html