Científicos creen que los traumas se transfieren por los genes

Un grupo de científicos del hospital Monte Sinaí en Nueva York, Estados Unidos, realizó una investigación en la que descubrieron que los los cambios genéticos asociados a experiencias traumáticas pueden ser transmitidos a las siguientes generaciones.

Los investigadores compararon la composición genética de un grupo de 32 judios, tanto hombres como mujeres sobrevivientes de campos de concentración durante el régimen nazi, con la de sus hijos y encontraron que los cambios genéticos producidos por los traumas que vivieron durante el holocausto habían pasado a la siguiente generación e incluso a la posterior.

Traumas y genes
Imagen: wikimedia.org

Para verificar estos hallazgos, los expertos contrastaron las muestras genéticas de las familias judias sobrevivientes al nacismo con otras que no vivieron en Europa durante la II Guerra Mundial y descubrieron que los descendientes directos de los sobrevivientes de los horrores de la guerra eran más propensos a sufrir desórdenes ligados al estrés.

Rachel Yehuda, coordinadora del proyecto y profesora de Psiquitría y Neurociencia, afirma que “los cambios genéticos en estos niños sólo pueden ser atribuidos al hecho de que sus padres estuvieron expuestos al Holocausto”.

Este descubrimiento es una muestra de que la herencia epigenética puede afectar los genes de nuestros hijos y nietos.

Es la primera evidencia en humanos, de la que tenemos conocimiento, de una marca epigenética en la descendencia basada en la exposición de los padres, antes de la concepción”, sostiene Yehuda.

Con este estudio, los científicos del centro Monten Sinaí comprobaron la existencia de etiquetas químicas (epigenoma) adheridas al ADN, de los judios que formaron parte de la investigación y que funcionan como una especie de interruptor que activan o desactivan los genes y que pueden ser transmitidas a otras generaciones.

El hallazgo hecho por los expertos fue hecho específicamente en un gen asociado a la hormona del estrés y que se encontraba tanto en los sobrevivientes del holocausto como en sus hijos.

Tras realizar otras pruebas clínicas hechas durante el análisis se descartó la posibilidad de que la alteración genética se debiera a experiencias traumáticas propias vividas por los hijos de los sobrevivientes al nacismo.

Se encontró también que los hijos de padres con desorden por estrés postraumático son “probablemente más propensos a la depresión”, mientras que los hijos de madres con el mismo desorden parecen sufrir el efecto contrario.

La teoría de la epigenética también sostiene que hábitos de vida como fumar, beber, el estrés o la dieta, tienen el poder de generar cambios genéticos en los descendientes.

Fuente: ABC

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